sábado, 16 de febrero de 2008

LA DICTADURA DE LA DEMOCRACIA

LA DICTADURA DE LA DEMOCRACIA
Señor Director::
Haciendo uso de mi derecho constitucional que me faculta a expresar libremente mi opinión, he de decir que yo tampoco me callo. Y, ante el disloque de la subasta electoral que existe en mi país, -que cada vez me cabrea más-, ya no distingo entre buenos o malos, entre progres o integros, entre extrema izquierda, centro-centro, derecha o extrema derecha. Ninguno, -está visto y comprobado por las acusaciones que mutuamente se lanzan como venablos envenenados-, “ninguno es bueno”, ninguno cumple sus compromisos electorales porque prometen lo que ya prometieron y no han cumplido. En cuanto les das tu voto hacen lo que les da la gana, si ganan.Y, si algo hacen, lo hacen beneficiando a algunos y olvidando a muchos. A buen entendedor pocas palabras bastan. Votar o no votar, esa es la cuestión. Pero la cuestión ya la he resuelto: no votaré a ninguno.

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