UN FUNERAL

UN FUNERAL

Mi amigo, -el Séneca, como diría Pemán-, ha regresado de dar la vuelta al mundo.Ha llegado desde Alaska, pasando por Cuba, hasta la Patagonia; desde Marruecos, a Tanzania, Israel, India; a China, Japón y Australia. Me cuenta cosas maravillosas: paisajes, monumentos, ritos y costumbres de culturas antiquísimas, maneras de vivir, creencias...Pero, me cuenta también que ha asistido a las principales ceremonias y manifestaciones digamos "religiosas" que por este mundo hay: cristianas, -y dentro de ella, católica, protestante, ortodoxa griega, rusa; musulmanas, budistas, hinduistas, judías, y otras varias, para ver como eran cada una, como eran sus expresiones públicas, sus ritos, en una palabra lo que se llama su liturgia. Bueno, sin desmerecer a nadie, mi amigo me confiesa "soto voce" que los que más le han gustado ha sido los actos litúrgico de la Iglesia Católica y de la Ortodoxa. La riqueza de expresiones y de contenido; la pausa y el detenimiento con que se ejecutan, a la vez que la sobriedad con la que se realizan: una Misa solemne, una boda, un bautizo. Los actos litúrgicos de la Semana Santa, de Navidad; la liturgia de la Santa Misa o de la Bendición solemne con el Santísimo Sacramento expuesto en una rica Custodia como la de Toledo o Granada, son de una belleza y altura incomparable, me dice mi amigo. Y, ahora, -me dice mi amigo- en el funeral de Juan Pablo II. Eso si que es "un Funeral", el mejor acto litúrgico que he visto en mi vida..., y que veré. Bueno..., no tuve nada que añadir.