LA MEMORIA DE LOS NIETOS

La memoria de los nietos

Oí con estupor en TV la afirmación del juez Garzón sobre crear una "Comisión de la verdad", para investigar los crímenes de la dictadura de Franco. ¡Apaga y vámonos!. Y, qué es la verdad, señor Garzón? Su verdad o mi verdad? Ayer leí el extenso artículo del señor García Ladrón .de Guevara, en la "Columna del Búho" sobre la Memoria Histórica, en la que nos cuenta sus penas. Dejemos las cosas en paz. Estoy de acuerdo en que antes y después ambos bandos cometieron barbaridades, pero no puede Vd. ocultar, ni ignorar ni dejar de investigar quién empezó a matar de un modo irracional, a gente que no había hecho nada. Yo no lo viví, pues no había nacido pero, quién y por qué mató a Calvo Sotelo? Quién empezó?. Nombres, nombres y apellidos. O es que ahora le pasa al juez Baltasar Garzón o al señor García Ladrón de Guevara lo que le pasa al señor José Bono, que solo tiene memoria a partir de un año determinado. Investiguemos, pero yo quiero saber quien quemó en Febrero de 1936 muchos edificios religiosos, quién en Julio fusiló a algunos jefes y oficiales de la Armada y a otros, en Cartagena, los tiraron por la borda con una soga al cuello; quién asesinó, el 25 de julio, a 95 eclesiásticos en todo el país; y, en agosto 2.077 asesinatos de sacerdotes, religiosas y religiosos que no habían hecho nada.¡ Investiguemos, señor Garzón, recordemos señor García ! Vamos, no les da a ustedes vergüenza decir eso? Mejor será callar.

Respecto a la cita que hace el señor García sobre los componentes del tribunal militar que juzgó a su padre, nombra a Enrique Palacios. Si fue un tío mió no tenía ni idea, pues nunca nuestros abuelos, padres o tíos nos contaban nada de la guerra. Pero, sabe usted, he encontrado por Google un libro que se titula Desafectos a la República, -publicado por la Universidad de Alicante-, en la que figuran mi Abuelo y mi tía abuela en un expediente de "desafectos", para quitarles los olivos de Carboneros, las casa de La Carolina, la Dehesa, etc. Y, no los mataron porque no los pillaron. ¡ ja !. Señor García, le llamo al orden. A mí me quedan cinco primaveras; no se cuantas a usted. Pero vivamos en paz.