jueves, 31 de enero de 2008

MARXISTAS Y MASONES

Marxistas y masones?
Señor Director: En febrero del 2005 escribí y me publicaron el siguiente artículo, hoy de máxima actualidad.
Sería muy interesante contrastar debidamente la relación entre marxismo y masonería, pero yo adelanto lo siguiente: el estado laico que trata de imponernos el nuevo equipo socialista, saltándose siglos de historia, costumbres y hábitos arraigados, unos principios y tradiciones seculares, prescindiendo del 60% de la población con creencias y principios ortodoxos, si bien muy apagados y por eso se aprovechan para imponerse rápidamente: es el "cambio continuo" que propone nuestro presidente del Gobierno hacia una situación de facto de carácter marxista-leninista. Lenin decía "dadme no el ministerio de Economía, sino el ministerio de Cultura, para cambiar las costumbres y convicciones del pueblo".¡ Lo saben poco bien!

Por eso yo quiero denunciar estas intenciones soterradas bajo unos igualitarismos falsos: matrimonios homosexuales, igualdad de trato con todas las confesiones religiosas, revisión del Concordato, manipulación plena de la TV, un intento paternalista de gobernar, -incluso en lo económico-, interviniendo y modificando todo lo establecido, sin respetar principios y criterios ya maduros.

Van a misa en un funeral de Estado por las víctimas de un atentado o por una boda, pero son ateos y les revienta tener que ir. No quieren relaciones con nada de la Iglesia Católica y van a intentar llevarla a las catacumbas. Claro que bien mirado antes tendrían que derribar las catedrales, los santuarios, las ermitas, las festividades de la Virgen del Pilar, de la Almudena, del Rocío, de las Angustias o Montserrat; suprimir las ceremonias de las bodas, bautizos, primeras comuniones, funerales y entierros, etc. Querrán en ultimo extremo modificar la forma de Estado existente ahora, y eso solo porque se basa en unos principios históricos y constitucionales y no les interesa. Son republicanos de raíz y les revienta la monarquía. No les interesa tener ningunos principios, les interesa hacer lo que les venga en gana en cada momento. Son infantiles y peligrosos. Y, si no, ya lo veremos.

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