MASTER EN VALORES HUMANOS

MASTER EN VALORES HUMANOS
Me he encontrado con un amigo de la infancia, que es catedrático en una
Facultad de Medicina, y hablando de nuestros hijos, o más ampliamente de la
Formación de la juventud, me indica la necesidad que todos tenemos de hacer
un Máster en Valores Humanos: el compromiso con la verdad, la búsqueda de
ella allí donde esté, el empeño y seriedad en el trabajo bien hecho, la
firmeza en mantener la amistad y el buen trato con todas las personas, la
necesidad de elegir bien nuestro quehacer sin dejarnos llevar por la marea
de la vida, por el ambiente que por regla general mal educa; el
aprovechamiento del tiempo, el estudio más profundo de todos aquellos
valores que nos enseñaron en la escuela, dentro de los parámetros esenciales
de la civilización en que nacimos. Más concretamente, me propone este amigo
una cosa sorprendente:
Lo mismo que en la vida física hacemos deporte, o en la vida profesional
asistimos a cursos de formación y adquirimos más y mejores conocimientos, en
la vida del pensamiento y el espíritu tenemos que hacer primero un Máster y
luego un ejercicio continuado de aprendizaje. Más en concreto: me animó a
hacer un curso de retiro, a vivir luego todos los días un Plan de vida
(lectura del evangelio para recordarlo y conocerlo; lectura de algún libro
de tema espiritual; hacer un rato de oración diaria, tratar a Dios como a
los amigos, pues si no se le trata se le pierde; visitarlo y recibirlo en
la Eucaristía con frecuencia; examinarse de si hace uno las cosas que debe y
cómo las hace, para mejorar cada día.(Qué he hecho bien, qué he hecho mal,
qué puedo hacer mejor ?.). Así va uno mejorando toda su vida, poco a poco,
corrigiendo y evitando que la vida le arrastre a donde no quiere, en el
fondo, ir. Bueno, le agradecí a mi amigo sus buenos consejos.