domingo, 27 de enero de 2008

NO ENTIENDO LA MUERTE I

No entiendo la muerte 1

Ya se que el tema es fuerte, muy fuerte. Pero hoy, viernes santo, se me ha impuesto en mi pensamiento de un modo reiterativo todo el día. La muerte yo no la entiendo. Es más, no creo que nadie la entienda. No entiendo la muerte de una cebra o un antílope precioso a manos de un león, cuando la veo en un reportaje de la TV2. Por qué no se dedica el león a comer hierba como las vacas ?. No entiendo la muerte de mi ardilla preciosa que se quedaba mirándome, en su jaula grande, cuando le silbaba y, al parar de silbar, se daba una corría por toda la jaula y volvía a ponerse delante de mí esperando. No entiendo la muerte de mi perro mastín, "Bruto": la cosa más noble que he conocido y defendió mi casa de campo, que era la suya durante catorce años. Tuvo una pila de hijos y nietos; convivía pacíficamente con trece gatos que, a veces dormían sobre el. No entiendo la muerte de un potro de raza española, tordo vinoso, de patas larguísimas y unos ojos de fondo azul, que tuvo mi yegua. No entiendo la muerte.
No entiendo la muerte en el universo: la muerte de las estrellas, la muerte de la vida en otros planetas; la muerte de unos cactus de desierto enormes que tenía, con más de veinticinco años de crianza; de unos geranios que se han perdido todos por las heladas de este invierno. Dicen que para vivir, hay que morir..., con lo que cuesta nacer, con lo que cuesta vivir, con lo que cuesta morir..., yo no entiendo la muerte. Y menos entiendo aún la muerte de los míos o de mi mismo, con los que he convivido muchos años, día tras día. Conmigo mismo llevo conviviendo 22.995 días y luego un día, no muy lejano ya..., ¡ paf, voy y me muero !. No lo entiendo. No quiero investigar más, no me sirven la explicaciones, las excusas, los motivos, las razones. Simplemente, no entiendo la muerte.

Enrique Palacios0 comentarios

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